
NACIONALIDAD: China-Jamaiquina
EDAD: Treinta y pocos
EXPEDIENTE PSICOLÓGICO: Muestra los clásicos síntomas de la adicción al esmalte de uñas.
TÁCTICA PREFERIDA: Los secuaces, ella no se ensucia las manos ya que acaba de terminar de hacerse la manicura.
INVENTARIO: Vestido toalla, teléfono y esmalte de uñas.
ESTADO: Arrestada
ANTECEDENTES
Aunque Miss Taro no aparenta ser más que la típica secretaría o compañera de trabajo chismosa (aunque francamente, ¿quién no ha metido la oreja en conversaciones ajenas alguna vez?) en realidad se trata de uno de los secuaces del malvado Dr. Julius No. Sin embargo, para James Bond esa oreja tan pegada a la puerta no parece ser un simple e inocente acto de marujería. De esta manera el agente 007, dejándose llevar por su curiosidad, intriga y, sobre todo, su intuición, invita a Miss Taro a una “cita”. Ella, a pesar de mostrarse indecisa en un primer instante, respondiendo a la invitación con su famoso “quizás”, aprovecha la invitación de Bond para tenderle una trampa mortal. Mientras Bond la llama por teléfono, ella se tiende en la cama, maquillada y con una sonrisa traviesa, disfrutando de su talento en el ámbito de la belleza, la seducción y la maldad. El plan era sencillo, tal vez hasta demasiado sencillo para salir bien. Los chicos hacen el trabajo sucio y ella puede continuar con su vida tranquilamente. Todo iba según lo planeado, se estaba duchando y secando el pelo en la comodidad de su hogar. De pronto James aparece ileso en la puerta de su casa. Jamás sabremos si habrá sido la carismática naturaleza de Bond, su dominancia o el temor que lke tenía lo que la motivó a tener relaciones sexuales con el agente secreto. Lo único que sabemos con certeza es que acabó arrepintiéndose mucho de haberlo hecho. Antes de la llegada de los refuerzos, Bond la entrega a la autoridades.