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ALIAS: La Perra
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NACIONALIDAD: Británica
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EDAD: Veinte y tantos
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EXPEDIENTE PSICOLÓGICO: Una romántica sin remedio. El perfecto ejemplo de una persona que sabe pensar muy bien con la cabeza, pero que al final del día quién decide es su corazón. En especial cuando se trata de seres queridos. De no haber estado enamorada de su ex novio, Vesper nunca hubiera trabajado para SPECTRE. El terrorismo no va con ella. Sin quererlo se enamora de James Bond, y mientras este está a punto de morir, ella decide traicionarlo y dar el dinero que han ganado a SPECTRE con la promesa de que perdonen la vida de Bond. Aunque ella haya sido una fuerza antagonista (contra su voluntad), en un último acto de amor termina suicidándose: besándole las manos a Bond (en un acto antes hecho por Bond que simboliza que son libres de culpa) antes de ahogarse.
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TÁCTICA PREFERIDA: La mentira y la traición como las únicas formas de salvar a su amor verdadero.
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ESTADO ACTUAL: Muerta
ANTECEDENTES
Efímera y misteriosa, así se presenta Vesper Lynd. A pesar de su llegada abrupta e inesperada, su presencia es bienvenida. Sabe lo que dice, cómo lo dice, y a quién se lo dice. Es estratégica pero sin llegar a ser calculadora. Su inteligencia y certeza la han colocado como una mujer de alto rango dentro del Departamento de Tesorería, específicamente como jefa de la Financial Action Task Force. Por su trabajo conoce cuándo algo vale dinero y cuándo no: una habilidad que se trasvasa a su juicio de las personas. Sabe analizar a quién se le ponga enfrente, y logra ver más allá de las armaduras que carga. Es esa habilidad la que captura a James Bond. Vesper sabe ver. No solo resulta ser esencial para la misión Casino Royale (ya que logra detectar comportamientos fraudulentos y pasa sus observaciones a Bond) pero también porque ve más allá del agente 007 y descubre a un hombre quebrado pero con las mejores intenciones. En contraste, Bond desconoce el centro de esta mujer. Claro, sabe distinguir ciertas características obvias: que no le interesa ser bonita, que quiere que la tomen en serio, que sus inseguridades se leen como arrogancia y que ambos comparten un pasado como huérfanos. Bond falla rotundamente en identificar que ella trabaja indirectamente para SPECTRE con las esperanzas de que si roba el dinero que Bond gane en el póker, la vil organización le devolverán a su amado novio, a quien tienen secuestrado. Si bien es cierto que Vesper está aliada a un bando moralmente incorrecto por conveniencia, es evidente que su corazón no comparte tales ideales. Matar le repulsa. Incluso en acto de defensa propia. La desmorona el simple hecho de haberle pasado a James Bond un arma para que él pudiera disparar a una persona que intentó matar a ambos. Vesper sabe guardar secretos y no teme a mentir si eso significa mantener a salvo a los que quiere. No revela a James su pasado romántico ni el chantaje del que es víctima; suplica a Mr. White que perdone la vida de Bond aunque esto implica traicionar a la MI6; le miente a Bond al decirle que irá a por las compras cuando en verdad va a entregar dinero del Estado a SPECTRE, para salvarle a Bond el dolor de ver cómo la asesinarían. No obstante, a Bond le cuesta ver esa realidad de Vesper. Desde el principio cuando ella se sienta sin invitación a su mesa, con su traje perfectamente tallado y un rostro natural pero decidido, él notó el enigma que es Vesper y le atrajo de una forma que ninguna mujer lo había hecho antes. A diferencia de otras chicas Bond, Vesper destaca por su decisión en no enrollarse con el agente 007 desde un inicio. Se resiste a su evidente coqueteo y a sus encantos que enamoraría a cualquier otra, pero empieza a ganársela con su empatía y su buen corazón. El corazón de Vesper es suyo desde el momento en el que 007 quiebra todas sus paredes y decide dejar atrás su trabajo como espía en la MI6 con la promesa de que pasarán el resto de la vida juntos. Esa misión no la logra ninguna otra mujer Bond. La verdad de Vesper y los traumas de su muerte se mantienen con James Bond hasta el final: es suyo.